Aparte de lo que hace en sus redes sociales y los escándalos que ha protagonizado desde que empezó a volverse famosa, ‘Epa Colombia’ es la administradora de su negocio de keratinas y peluquerías. Y parece que está contenta con lo que pasa con algunos de sus trabajadores y lo que los clientes reportan de ellos.
Así se vio en una serie de historias de Instagram, en las que Daneidy Barrera Rojas (nombre real de ‘Epa’) recibió mensajes sobre los empleados de sus peluquerías y respondió a las personas inconformes. Y aunque mantuvo el estilo que siempre tiene al hablar de cualquier tema, el tono no fue el indicado
‘Epa Colombia’ habla duro de las personas que trabajan en sus peluquerías
En la primera queja le escribieron a la joven sobre “la presentación personal de los estilistas” y ella lo tomó con buen humor y hasta se rió, en medio de su respuesta:
“Uy, no me diga eso. Yo, sin embargo, les voy a decir.
He visto que llegan bien presentaditos; sus zapatos, las uñas, el cabello, el uniforme. Sin embargo, les voy a decir (risas). Pero tú sabes que manejar personal ¡Ay mar!>@!”.
Pero después llegó un mensaje mucho más detallado, en el que reportaban una mala experiencia y las supuestas quejas por el trabajo: “No me gustó ir a una peluquería y escuchar a los estilistas quejarse de su trabajo”. Este mensaje, sin mucho contexto ni detalles, hizo que ‘Epa’ se molestara y empezó a sacar un lado pocas veces visto en sus redes para asegurar que tiene trabajadores desagradecidos con el empleo que ella da:
“Yo siento que hay que valorar muchísimo el trabajo. Hay personas que, desde las 8 de la mañana y hasta las 6 de la tarde, ganando 30.000 pesos
Yo, por cada keratina, les pagó 50.000, lo normal…”.
Hasta ese punto, parecía un mensaje común y corriente, pero después llegó la parte en la que ella hace las cuentas que debe pagar y sacó en cara lo que paga a las personas que aplican las keratinas en sus sitios oficiales:
“[… ] Los 50 de la keratina, los 40 de la porción, la luz, el agua, lo que toca darle a la Dian; que es más del 19 % y sumaría un 33 %.
Hay que valorarlo, poco a mucho, uno tiene que valorarlo. Tal vez, a veces, mi equipo no valora mi trabajo, pero sé que lo van a valorar, porque está súper-escaso”.
la respuesta terminó con una mención a lo que ella tiene que pasar por tener empresa y lo que no valoran los empleados que se quejan:
“Hay gente que no valora, cuando tengas empresa, vas a ver lo difícil que es tener que pagar todos los insumos y saber que te tiene que enfrentar a tantas entidades…”.
Hasta ese punto, ya parecía un mensaje lo suficientemente duro y fuerte para las personas que trabajan en sus empresas. Pero después publicó otra opinión, esta vez con nombre y ubicación del punto de atención, dijo lo que iba a hacer y reveló detalles de su empleada que no deberían darse a conocer:
“Voy a hablar con ella, ella venía de una peluquería de un distribuidor y luego quiso trabajar conmigo, porque en mi empresa hay trabajo todos los días. Pero voy a hablar con ella.
Ellos han mejorado un montón, yo he hablado con ellos, he tenido charlas, quiero empezar a despejarlos, a sacarlos un poquito, a respirar… Para que aprendan a valorar el trabajo y a respetar la atención al cliente”.
Aunque esa forma de interactuar con los clientes es buena y genera cercanía, sus palabras y la forma de referirse a los trabajadores no deja la mejor imagen de ella como jefa.
Fuente: La Chismosa