En medio de la conmoción nacional por el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay, una nueva tormenta política sacude al país. El presidente Gustavo Petro insinuó que el ELN estaría detrás del crimen, pero la respuesta del grupo insurgente no se hizo esperar.
El comandante Antonio García, jefe máximo del Ejército de Liberación Nacional, lanzó un duro comunicado en el que no solo negó rotundamente la participación de su organización, sino que también acusó al mandatario de mentir descaradamente y de utilizar la tragedia con fines políticos.
“Cuando el ELN hace algo, tiene el valor de responder por lo que hace”, sentenció García, al tiempo que cuestionó las palabras del presidente, calificándolas de “traba-verdades” y de falta total de pruebas.
La controversia creció aún más cuando el líder guerrillero señaló que Petro estaría pagando favores a Estados Unidos al vincular al ELN con el narcotráfico sin mostrar responsables ni evidencias judiciales. “La DEA y sus agentes han pretendido involucrarnos sin lograrlo. Petro algo le está pagando a los gringos con estas mentiras”, disparó.
El choque entre las versiones del presidente y del ELN deja a Colombia en medio de un ambiente de incertidumbre, donde la opinión pública se pregunta: ¿quién dice la verdad sobre el crimen que estremeció a la política nacional?